jueves, 24 de octubre de 2013

Medicina Individual y Social




La medicina individual es el diagnóstico y el manejo de la enfermedad en individuos mientras que, la medicina social es el diagnóstico y el manejo de la enfermedad en la comunidad. La medicina social incluye la epidemiología, por un lado, y la organización de servicio de salud, por el otro. Su relación con la medicina individual consiste en aportarle la compresión de los factores sociales que hay que tener en cuenta, tanto en el diagnóstico como en el manejo de la enfermedad individual en el paciente individual.

Además,  la medicina individual se puede definir como la teoría y la práctica de la medicina en la que el horizonte se limita a la relación existente entre el paciente individual y el medico individual. Por otra parte la medicina social se define, como la teoría y la práctica de la medicina en la cual el médico moviliza todos los recursos sociales para mantener la salud del individuo en la sociedad
Por otro lado en la medicina individual, la responsabilidad del médico se limita a los pacientes que han requerido sus servicios. Y en la medicina social es totalmente opuesta, en ella el médico es responsable por la salud de todas las personas que constituyen un determinado grupo de población.

Es importante señalar que el sistema de medicina individual se originó en una época en la que el médico independiente, que trabaja solo, era la figura dominante en la medicina. Por el contrario en la medicina social, no solo se le signa al médico la responsabilidad de utilizar todos los recursos posibles en el cuidado de los casos individuales, sino que además se los hace accesibles. Así el médico ya no trabaja solo. La práctica médica es reconocida como una actividad social en la que grupos de médicos trabajan juntos para proporcionar atención general y especializada.

Cabe destacar que, en el sistema de medicina individual restringe la utilización de los servicios médicos en otro sentido más. Éste exige que el paciente pague honorarios por cada servicio que se le da, por lo tanto, el servicio que obtiene se ve determinado, no sólo por sus necesidades, sino también por la capacidad de pago que tenga
La medicina social, en cambio, se basa en el principio de que es la necesidad de atención el único criterio determinante. Al paciente no se le exige que pague los servicios sanitarios que recibe en función de su monto, ya los ha pagado previamente mediante un seguro voluntario, o un seguro gubernamental mediante impuestos, o con una combinación de estos métodos y por lo tanto tiene derecho a recibir todos los servicios de salud que le sean necesarios.
En otro orden de ideas el paciente de medicina individual tiende a considerarse como una colección aislada de sistemas de órganos. En forma casi exclusiva, el tratamiento se reduce a sus modalidades biológicas tales como los medicamentos y la cirugía, y poca o ninguna atención se presta a los factores sociales que podrían ser los causantes de la enfermedad, o los obstáculos para la recuperación. Por su parte, la medicina social concibe al individuo como un ente social y biológico. No sólo se interesa por órganos, sino por seres humanos que viven en sociedad.

La transición de la medicina individual a la medicina social no es sencilla, y en muchos países elementos de ambas se encuentran mezclados, tanto en la práctica médica de la nación como un todo, como en la posición de los médicos individuales. Los criterios son útiles también como guías para la acción, ya que si se acepta el concepto de medicina social como base para la práctica médica, todos los proyectos de cambio deben juzgarse a la luz de este concepto
El sistema de medicina social fundamentalmente representa una perspectiva diferente de la práctica médica, y no puede nutrirse ni florecer, si la sociedad y la medicina misma no aceptan esta perspectiva y actúan de acuerdo con ella. Esto exige, no sólo la reorganización de los servicios, sino también la reorientación de la profesión médica.
Se hace evidente la necesidad de que la medicina y la sociedad trabajen al unísono para acelerar esta transición, desde hace tanto tiempo necesario, de la medicina individual del siglo XIX a la medicina social del siglo XX.

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